Artículo sobre uno de los conceptos de la democacia participativa, los referendums:
"Al hablar de democracia directa algunos politólogos usan imágenes tan inquietantes como la "espada de Damocles" o un "cuchillo muy afilado" que corta tan bien el pan como las yugulares. The Economist lo comparaba en un artículo de abril con un genio que, una vez liberado, es muy difícil devolver a la botella; porque a la gente, como a los políticos, también le gusta aferrarse al poder. Muchos de sus defensores creen que es un arma que conviene usar lo menos posible. Y si hay que desenvainarla, hacerlo con todo el cuidado. Porque sus grandes víctimas pueden ser las minorías más débiles.
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A pesar de las "enormes imperfecciones" de la democracia directa, Henryk Rehbinder también es partidario de ella. "Si no existiera dependeríamos solo de los políticos, que también están sujetos a las presiones de los intereses privados", concluye."
Democracia directa, sí... pero con cuidado
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