"El primer problema, objetivo, es que nuestra estructura productiva y de I+D+i es muy limitada. La bolsa de empleos de alta cualificación disponibles no permite acomodar todo el talento que generamos. Existiría así una brecha entre oferta y demanda de capital humano que la crisis que sufrimos desde hace cuatro años habría agravado.
El segundo problema que padecemos es la debilidad del criterio meritocrático frente a otros. Los espacios que mejor funcionan en este país coinciden con aquellos en los que la selección y el ascenso se han realizado atendiendo a mérito y capacidad. Lo contrario también es cierto. Tenemos espacios que son un verdadero fracaso y que se resisten a incorporar a otros, mejores y deseosos de entrar. Esto ocurre tanto en el sector privado el público. Lo que ocurre es que las empresas que se empeñan en ello acaban desapareciendo; en lo público, se consiente el enquistamiento.
El tercer problema aparece en el espíritu emprendedor. El primer déficit apuntado sería menos relevante si el talento fuese de la mano de capacidad emprendedora: los talentosos crearían sus propios puestos de trabajo. Pero no es la norma. Los estudios disponibles muestran que en comparación a otros los jóvenes gallegos son muy poco emprendedores..."
No hay comentarios:
Publicar un comentario