"El botón de repetición (o snooze en inglés) del reloj es uno de los pequeños lujos de la vida, y hace fácil que te engañes pensando que todo lo que necesitas son algunos minutos más de cama. A lo sumo es una muleta psicológica, y en el peor de los casos, arruina la química de tu cerebro para todo el día. Además, jamás ayuda a obtener un descanso extra real...
El adulto promedio necesita de 7 a 9 horas de sueño por noche, y aunque la cantidad exacta varía de persona a persona, tu cuerpo sabe cuando ha tenido suficiente, así que bombea dopamina para suprimir la sensación de somnolencia y prepararse para despertar.
Cuando pulsás el botón de repetición y te volvés a dormir, el goteo de dopamina vuelve a empezar y tu cuerpo se convierte en una coctelera de químicos, ya que los neurotransmisores se confunden y hacen efectos contradictorios. Apretar el snooze puede liberar ciertas sustancias químicas para sentirse bien, pero al final lo que hace es mandar a tu cuerpo a diferentes direcciones. Esto es lo que te hace sentir desorientado y que te sea difícil ponerte en marcha...
antes de despertar, entonces, principalmente tenés REM. Soñás mucho durante este período y los recuerdos recientes se consolidan. Extrañamente, esto significa que tu cuerpo hace la mayor parte del procesamiento de los acontecimientos del día anterior justo antes de despertar naturalmente...
Las investigaciones demuestran que reducir el sueño REM de esta manera puede debilitar tus funciones mentales durante el día...
Una creencia general sobre el botón de repetición de la alarma es que esas cortas dormidas van a ayudar al cuerpo a descansar. Pero los estudios sobre la fragmentación del sueño sugieren lo contrario: el sueño que se interrumpe cada minuto o cada diez puede conducir a la "alteración diurna relacionada con la falta de sueño”. En otras palabras, tiene menos valor el sueño interrumpido, que puede generar alteraciones en la memoria, en el tiempo de reacción, en la comprensión y en la atención...
Así que seguí el ejemplo de los expertos en sueño fragmentado, que sugieren que la longitud óptima de una siesta es de alrededor de 20 minutos. Con menos que eso, se obtienen pocos beneficios y con más, se corre el riesgo de caer en el sueño profundo, lo que hará que se te haga más difícil despertarte. Tomarse una siesta no es lo ideal, pero es menos perjudicial que unos minutos “de más” cada mañana posponiendo la alarma."
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