" “si nos paramos constantemente a evaluar nuestra realidad, quejándonos de los problemas reales o imaginarios, entonces no arrancaremos y nunca alcanzaremos nuestras metas”...
Márcate objetivos realistas a corto plazo, incluso para cada día
Establecer objetivos para cada día nos conduce naturalmente a la acción. Los objetivos a corto plazo potencian nuestro empeño, son más eficaces y nos motivan para seguir adelante. Se trata del satisfactorio efecto de los proximal goals, según el concepto acuñado por los psicólogos Albert Bandura y Dale Schun. Por el contrario, los objetivos planteados a más largo plazo y alejados de la realidad inmediata, “no logran movilizarnos, nos dispersan y los esfuerzos realizados son menos eficaces”...
es imprescindible hacer una pequeña lista de objetivos para cada día, nunca más de tres y siempre que sean materialmente realizables...
Planifica siempre el “cuándo” y el “dónde”
Los psicólogos Gollwitzer y Brandstatter definen este proceso como implementation intention. Una técnica que, según sus estudios, multiplica por tres las probabilidades de realizar satisfactoriamente aquello que nos propongamos. La razón es que, al determinar el momento en el que se producirá una reacción por nuestra parte, será más fácil que el cerebro se active automáticamente y tengamos más disposición a hacer algo.
Vincular una acción o tarea concreta con un espacio y un lugar es clave para activarnos...
Rodearse de personas positivas
Las emociones son contagiosas. Todos somos permeables a lo que nos transmiten las personas de nuestro entorno por lo que, en la medida de lo posible, hay que potenciar las interacciones con la gente más positiva, entusiasta y con intereses similares a los nuestros. Las personas que nos rodean pueden ser la palanca que nos motive y nos ayude a reaccionar. Diversos estudios han demostrado que los estados de ánimo positivos fomentan el comportamiento responsable y el desempeño eficaz de las tareas que nos propongamos..."
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